lunes, 9 de noviembre de 2020

Tolerar es respetar

 “¿Qué es la tolerancia? Es la prerrogativa de la humanidad. Todos los hombres estamos llenos de flaquezas y de errores, y debemos perdonarnos recíprocamente nuestras necedades, pues esta es la primera ley de la naturaleza”. -Voltaire


El próximo lunes 16 de noviembre es el Día Internacional para la Tolerancia, un día para celebrar que la aceptación y respeto hacia diferentes opiniones, ideas o actitudes hace posible la vida en sociedad. 

Las Naciones Unidas se han comprometido a fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es más importante que nunca en una era en la que el extremismo y el radicalismo violentos van en aumento y los conflictos se caracterizan por un menosprecio fundamental de la vida humana. 

En 1995, los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) adoptaron la Declaración de Principios sobre la Tolerancia. La Declaración afirma, entre otras cosas, que la tolerancia no es indulgencia o indiferencia, sino que es el respeto y el saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de expresión de los seres humanos. La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente es naturalmente diversa; solo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo. 

La Declaración describe la tolerancia no solo como un deber moral, sino como un requerimiento político y legal para los individuos, los grupos y los estados. Sitúa a la tolerancia en el marco del derecho internacional sobre derechos humanos, elaborados en los últimos cincuenta años y pide a los estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de todos los grupos e individuos de la sociedad. 

La injusticia, la violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de intolerancia. La educación es un elemento clave para luchar contra estas formas de exclusión y ayudar a los jóvenes a desarrollar una actitud independiente y un comportamiento ético. La diversidad de religiones, culturas, lenguas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino una riqueza valorada por todos 

En este año 2020 tan lleno de dificultades, dolor e incertidumbre debemos hacer aún un mayor esfuerzo para practicar la tolerancia. Desde esta biblioteca os dejamos unos sencillos mensajes en nuestros tres idiomas de estudio porque aprender otro idioma es también aprender a entender y aceptar otras formas de ver el mundo.









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